Me cuenta una amiga que... ha recibido una sesión de "ictioterapia".
La palabeja se las trae... y lo primero que pienso para mis adentros es... "¡y tu padre por si acaso!!!!"...
Ella... que conoce perfectamente... lo poco que me gusta que me toquen los pies... se deshace en describirme... las "maravillas" de este tratamiento innovador en España...
... que si eliminan las células muertas... que si ayuda a regeneras las células vivas de la piel... que si la zona se queda suave y tratada... que si la sensación es la de un leve cosquilleo... que si es tremendamente agradable el masaje... que si cada sesión debe durar al menos 30 minutos...
A cada frase de ella... yo solo digo... "que no"... "que nooooooo"... "que noooooooooooooo, lexesssssssssssss".
Además... ¿TREINTA MINUTOS????... apufffffffffffffffff... ¡yo no aguantaría ni 2 minutos!!!!!
Sólo de imaginarlo... me estremezco... me retuerzo... no puedo evitar sentir que los pies me pican... argggggggggggggg...
Pienso sin querer... en la ictioterapia como castigo... y...
Empiezo a pensar muy seriamente... en poner la ictioterapia como... ¡LIMITE!!!!!.
¡que no!... ¡que no!... ¡que noooooooooo!!!! |