Una noche calurosa de agosto... ella encendió un cigarrillo y se lo pasó a su Amo... después... pidió permiso para encenderse uno y salió a la terraza... Su Amo la siguió.
En silencio... contemplaron las luces de los edificios... el cielo estrellado... el brillo de la luna...
Terminaron los cigarrillos y los apagaron.
Corría una ligera brisa y ella con tan solo un fino vestido de tirantes, se estremeció.
Su Amo se puso detrás de ella... la cubrió con sus brazos... la oprimió contra la barandilla dejando que notara su erección en el culo.
Le gustaba tenerla así: atrapada, prisionera, a su merced.
Ella ronroneó poniendo las manos en la barandilla.
Le gustaba estar así: atrapada, prisionera, a Su merced.
Las manos de Él recorrían su cuerpo por encima de la ropa... acariciando... apretando... retorciendo.
Su boca lamía... besaba... mordía su cara... la oreja... el cuello... los hombros.
De algún piso cercano salían las notas de una música lenta.. sensual... erótica.
- ¿Te gusta bailar? .- le susurró al oído
- Sí, Amo
Él la giró y volvió a estrecharla entre sus brazos... metiendo la pierna derecha en medio de las de ella... frotando su sexo.
Ella era más baja que Él... y además llevaba sandalias planas... por lo que se puso de puntillas como si llevara tacones... contoneando las caderas al ritmo de la música... colocando los brazos alrededor de Su cuello... frotando su pecho contra el Suyo... notando como se le endurecían los pezones... su coño empezaba a mojarse...
Durante unos minutos permanecieron así... mudos... abrazados... besándose... tocándose... girando despacio.
Él deslizó un tirante del vestido descubriendo uno de sus pechos... lo masajeó... lo apretó... pellizcó el duro pezón estirándolo hasta que le provocó un gemido... mezcla de placer... y dolor.
La separó un poco y bajó la boca para apresarlo... mordiéndolo despacio... jugueteando con la lengua... con una lentitud desesperante.
Después... hizo lo mismo con el otro... y cuando el vestido cayó a sus pies... exploró su sexo... introduciendo primero un dedo... luego dos... mientras que con el pulgar frotaba su clítoris hinchado.
Ella se retorcía entre sus brazos buscando un orgasmo que no llegaba... y consciente de que no llegaría hasta que Él no lo deseara.
Agarró su polla por encima del pantalón al principio... y metiendo la mano por dentro del pantalón después... apretando... acariciando... subiendo y bajando la mano hasta llegar a los huevos... deseando que la cogiera del pelo y... la pusiera de rodillas para devorarla.
Él no tardó en hacerlo.
Aunque le gustaba empezar despacio... esta vez... el ansia era superior a ella... sobre todo cuando Él se la retiraba... o se la paseaba por la boca antes de volvérsela a meter hasta la garganta.
Un gemido se escuchó... Él no era... ella tampoco...
- Amo, creo que alguien nos mira.
- ¿Y…????
- Nada, Amo
Bajó la mirada por unos segundos... avergonzada por haber interrumpido el momento... por sentirse desnuda... a la vista de un extraño.
Él oteó el horizonte hasta que descubrió al voyeur en el edificio de enfrente... sonrió perversamente... la oscuridad de la noche ocultaba los rostros pero no las siluetas... si quería mirar le ofrecerían un buen espectáculo.
Incorporó a Su perra.
Primero... ató sus pechos a la barandilla sin dejar de manosearlos.
Luego... sujetó las muñequeras.
El cuerpo quedó curvado hacia adelante... culo y coño expuestos... ofrecidos.
Entre las tobilleras colocó una barra... lo que haría que no pudiera cerrar las piernas.
Acarició su cuerpo hasta que gimió de nuevo.
Encendió tres velas... una roja... una negra... y una azul.
Azotó su culo con la mano... haciendo que poco a poco... se pusiera colorado.
Pero no era suficiente.
La quería más caliente... más perra... más puta... suplicando.
Sin dificultad... metió dos dedos en su coño al tiempo que... sobre la espalda y el culo iba derramando gotas de cera.
Ella gemía y se quejaba a la vez.
- Ohhhhhh…. Siiii… masssss… auggggghhhh… ahhhhh… por favorrrrr
Desnuda... inmovilizada... expuesta a la vista de un desconocido... sintiendo el calor de la cera sobre su piel... pero sobre todo... sintiendo la excitación de Su Dueño... era como estar en el paraíso... y en el infierno.
Pedía... rogaba... suplicaba... se quejaba... sin saber muy bien qué quería en ese momento.
El Amo apagó las velas... Le gustaba como había quedado decorado su cuerpo... colorido.
Encendió la luz de la terraza. La fotografió desde todos los ángulos.
Miró de nuevo hacia el voyeur... casi casi que podía adivinar su polla dura... mientras se masturbaba...
Apagó de nuevo la luz... acarició su cuerpo... la besó… y continuó…
A golpe de fusta fue retirando la cera... soltó sus pechos... le permitió incorporarse... y apoyarse en Él.
Las muñequeras... aún la mantenían atada a la barandilla.
Durante unos minutos... la mantuvo así... acariciando con suavidad su cuerpo antes de… volver a excitarla de nuevo.
La llevaba hasta el orgasmo y... se detenía.
Ella temblaba... las piernas le flojeaban... si no estuviera atada y sujeta por Él... caería al suelo.
La volvió a doblar sobre la barandilla.
Sacó su polla dura y la colocó en la entrada de su sexo... ella suplicó que la follara... Él metió solo la punta... y volvió a sacarla.
Ella se retorcía buscando un mayor contacto... que se la metiera entera... pero Él detenía sus movimientos con fuertes palmadas en su culo.
Le gustaba tenerla así... a punto de llorar de impotencia por un placer que no terminaba de llegar.
Sus gemidos... sus súplicas... sus ruegos… eran como música celestial para sus oídos.
Y además... Le excitaban... se la ponía aún más dura.
Pensándolo bien... quizás no dejara que se corriera hasta la noche... para tenerla ansiosa... receptiva a cualquier roce... cualquier palabra... provocadora... descarada y… sumisa.
Despacio... con la punta de la polla... fue llevando sus jugos del coño hasta el culo... forzando la entrada... que poco a poco se abría para Él.
La desesperación de ella era tal que... buscaba la penetración... aunque fuera anal.
Se separó... le soltó las manos y los tobillos... permitió que se incorporara.
Ella buscó su polla con las manos... intentando metérsela en el coño.
- Por favor... fóllame... por favorrrrrr .- decía una y otra vez
Él seguía sonriendo... excitándola... dándole y negándole a la vez... hasta que con un tirón de pelo la arrodilló delante de su polla.
Ella empezó a lamer con ansia... con desesperación... intentando darle todo el placer que sentía en su coño insatisfecho... y palpitante.
Le gustaba hacerlo despacio... pero estaba tan desesperada que lamía con furia... follándose ella misma la boca... introduciéndola hasta la garganta sin hacer caso de las arcadas que... a veces... se provocaba.
Lamía... chupaba... follaba... y gemía.
A veces... Él la cogía del pelo y le mantenía la cabeza tan lejos que no pudiera chuparla... pero tan cerca como para que intentara hacerlo... y cuando se retorcía... se la metía hasta la campanilla dejándola quieta... sin apenas poder respirar... antes de follar de nuevo su boca.
Antes de que se dieran cuenta... se mezclaron los gemidos de tres personas... ella... Él... y el voyeur.
Ella aumentó el ritmo.
Él gritó llenando su boca de leche.
En algún punto del edificio de enfrente... alguien anónimo... también se corrió.
Faltaba ella.
Él se sentó delante de ella que permanecía en el suelo de rodillas.
- Tienes tres minutos para correrte para mí.
No necesitó que se lo repitiera dos veces.
Tampoco necesitó los tres minutos.
Apenas empezó a tocarse... suplicó... pidió permiso... le fue concedido... y se corrió a Sus pies.
Entre la fantasía y la realidad... el Verdugo... usa y abusa... de la rea... que pide... masssssss.